Aceite de sésamo o ajonjolí
El aceite de sésamo se consigue prensando las semillas de esta planta (sesamum indicum) en frío. Tanto las semillas como su aceite son beneficiosos para la salud. Hoy os cuento algunas de sus propiedades para la piel:
Este aceite posee ácidos grasos esenciales (Omega 6, Omega 9 y lecitina), fibra, contiene proteína vegetal en forma de aminoácidos (alguno esencial como la metionina), minerales como el calcio, hierro, magnesio y zinc, y también nos aporta valiosas vitaminas como la vitamina E.
Todos estos componentes confieren al aceite de sésamo propiedades antioxidantes, hidratantes, emulgentes, analgésicas y antiinflamatorias.
- Tiene un ligero efecto protector solar.
- Combate los radicales libres causantes del envejecimiento prematuro de la piel.
- Es analgésico, por lo que es ideal para reducir pequeños dolores musculares y óseos.
- Mejora la circulación, por lo que es ideal para prevenir varices, arañas vasculares e incluso para la caída del cabello.
- Gracias a su potente poder hidratante, evita la flacidez en la piel.
Todas estas propiedades también se aplican al cabello: aplicándolo como serum o antes del lavado como tratamiento, le devolverá la hidratación, el brillo y la fortaleza que siempre queremos tener.
Además, posee muchas propiedades para nuestra salud interna (consulta a tu médico o nutricionista):
- Gracias a sus ácidos grasos esenciales, ayuda a mantener y fortalecer tu salud cardiovascular.
- Sus minerales ayudan a prevenir la osteoporosis, al igual que ayuda a combatir los dolores reumáticos.
- Las vitaminas B y E ayudan a prevenir el envejecimiento y la oxidación celular.
CÓMO HACER TU PROPIO ACEITE DE SÉSAMO:
- 100gr de semillas de sésamo o ajonjolí (tostadas o crudas).
- 200gr de aceite vegetal (NUNCA DE OLIVA).
En primer lugar, debemos hacer referencia al estado de las semillas. Algunas personas prefieren utilizarlas tostadas, mientras otras obtienen mejores resultados cuando estas se encuentran crudas. En cualquier caso, lo más importante es que las semillas se encuentren totalmente secas (para evitar contratiempos, tuéstalas un poco a fuego lento).
El segundo paso consiste en mezclar las semillas con el aceite de girasol. Nuevamente, existen dos criterios en este sentido. Bien puedes poner la mezcla a fuego lento por dos minutos antes de licuar o añadir las semillas directamente en la licuadora e incorporar el aceite poco a poco.
El proceso de trituración debe efectuarse hasta que las semillas hayan quedado debidamente trituradas. El resultado final será una pasta semilíquida que deberemos dejar reposar durante un par de horas.
Finalmente, colocaremos la gasa o malla encima del colador para filtrar nuestra mezcla. Una vez que dejemos reposar la mezcla durante toda la noche, podremos hacer uso de nuestro aceite de sésamo biológico, mientras que el resto que ha quedado en la malla se denomina tahini, y podrás volver a utilizarlo para preparar más aceite o simplemente añadirlo a tus comidas favoritas.
Espero que os guste :D
Hasta pronto, soletes.
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